28/11/07

This is the last time (Keane)

This is the last time
That I will say these words
I remember the first time
The first of many lies
Sweep it into the corner
Or hide it under the bed
Say these things they go away
But they never do
Something I wasn't sure of
But I was in the middle of
Something I forget now
But I've seen too little of

The last time
You fall on me for anything you like
Your one last line
You fall on me for anything you like
And years make everything alright
You fall on me for anything you like
And I no I don't mind

This is the last time
That I will show my face
One last tender lie
And then I'm out of this place
So tread it into the carpet
Or hide it under the stairs
Say that some things never die
Well I tried and I tried

Something I wasn't sure of
But I was in the middle of
Something I forget now
But I've seen too little of

The last time
You fall on me for anything you like
Your one last line
You fall on me for anything you like
And years make everything alright
You fall on me for anything you like
And I no I don't mind

The last time
You fall on me for anything you like
Your one last line
You fall on me for anything you like
And years make everything alright
You fall on me for anything you like
And I know I don't mind

23/11/07

Reflexiones sobre gotas de agua

Llueve...

Una sombra acecha tras el alféizar de la venta. No respira; sus inspiraciones se asemejan a un susurro. Es una mera espectadora del infinito espectáculo que se cierne ante ella. Como un rey desde el púlpito ante su pueblo, contempla millones de gotas de vapor de agua condensado caer de forma silenciosa siguiendo un extraño ritual.

El cielo, embravecido como el mar, deleita su vista y sus oidos con un espectáculo digno del infierno que imaginó Dante. No piensa; su mente divaga en círculos intentando examinar detenídamente el dibujo que cada una de las gotas de agua muestra al acariciar las tejas.

Curiosamente se siente identificada con lo que contempla a través de sus ojos color avellana. No se extraña; toda su vida ha sido como un tren devorando millas deteniéndose sólo en las estaciones necesarias. Al final, siempre ha terminado estrellándose contra algo.

Extiende la mano hacia fuera y el agua comienza resbalar entre sus dedos. No siente; una lágrima recorre la mejilla como el presagio de la muerte anunciada hace tiempo. Aprieta los puños y pronuncia unas palabras casi imperceptibles.

Toma impulso y salta... Sonrie mientras como una gota de agua, se precipita una vez más contra el suelo.

No es una despedida; la muerte es una nueva oportunidad, no el fin del camino...

19/11/07

El laberinto del sueño...

El viento acariciaba mi piel mientras paseaba por el pantalán del puerto. La tenue luz del sol desdibujaba un atardecer con tintes violetas, enmarcado entre una ligera llovizna que impregnaba todo de una atmósfera íntima y cálida.
Era un buen lugar para meditar, y solía visitarlo con frecuencia. Era mi pequeño santuario, un sitio al que acudía para reencontrarme conmigo mismo. Mis pasos me guiaban sin rumbo fijo, y mis pensamientos chocaban, iban y venían siguiendo un extraño ritual marcado por el sonido de la lluvia y del mar chocando con los cascos de los pequeños veleros.

Una ola se estrelló de forma violenta sobre el pequeño dique y me hizo caer al agua. No fue un encuentro fortuito; de forma inconsciente yo sabía que sucedería en un momento u otro, y que nada podría hacer para evitarlo. Era una etapa más del camino que recorría cada vez que llegaba el final del día. No transcurrieron más que unos pocos segundos cuando me encontraba en un viaje sin retorno a las profundidades del mar.
Antes de perder la conciencia, pude ver a lo lejos las luces del puerto despidiéndose hasta el día siguiente. Me dejé abrazar por las corrientes hasta quedar sumido en el oscuro mundo de los sueños.

El paseo se repite día tras día, y una vez tras otra caigo al mar…

8/11/07

A la luz de una vela

El candil reflejaba ante mi rostro sombras caprichosas; era uno de esos días aciagos y perezosos, en los cuales no fuí capaz de escribir una miserable línea digna de ser mencionada.

Alternaba dulces sueños acompasados al latir de la llama con amargos recuerdos mecidos por el viento que azotaba el marco de las ventanas. Mi mente divagaba entre vanos intentos de coherencia y garabatos frustrados por la desolación. No podía haber elegido peor momento para deambular por los caminos turbios y melancólicos del amor.

Por fin me había llegado la oportunidad soñada de publicar el libro. Años de arduo trabajo, inclemencias económicas y padecimientos podían dar lugar al reconocimiento de proyectos, locuras y despropósitos. Sólo necesitaba encontrar un final para mi historia; unos breves minutos de inspiración hubieran bastado para culminar una vida dedicada a escribir, a lo único que parecía devolverme la cordura... pero no era ése, el día indicado para a tal desenlace.

Tuve que elegir entre la pasión y el amor, entre el deseo de mi mente y el deseo de mi corazón, entre mi vida o mi muerte... y elegí mi muerte.

Faltaban apenas unas horas para que la reunión más importante de mi vida tuviera lugar, y no tenía nada que presentar. Bueno sí, tenía un libro sin final, una frase sin punto, un antes sin después; y eso era como no tener nada. Nunca más se me volvería a presentar una ocasión semejante, y parecía dispuesto a dejarla pasar... por amor.

No podía dejar de pensar en ella. Cada minuto que transcurría se me antojaba eterno, y aunque mi razón me suplicaba que le dedicara apenas unos instantes de lucidez, los sentimientos obnubilaban el resto de mis sentidos. Me sentía preso dentro de mi propio cuerpo, y una agonía silencionsa fué abriéndose poco a poco en mi interior.

Todo transcurrió muy rápido. Fué como presenciar mi propia muerte, y toda mi vida pasó ante mis ojos; toda una vida persiguiendo un sueño que se esfumaba de un solo plumazo.

De repente estaba corriendo por la calle, rumbo a la estación de tren, exprimiendo todas mis fuerzas y exhalando mi último aliento para llegar antes de que fuera demasiado tarde.

Aquella tarde no acudió la policía forense, ni el juez, ni los medios de comunicación. Fué una muerte silenciosa, en blanco y negro, a la luz de una vela. Un retrato fiel de lo que había sido mi vida hasta aquel momento, un boceto inacabado de una ilusión.

Aquella tarde murió mi sueño, pero encontré la vida. Aprendí que es bonito perseguir los sueños, pero no hay que olvidarse de vivir...