24/2/08

Emociones descatalogadas

Cuando el médico examinó otra vez a la paciente no pudo reprimir una mueca de asombro. En el lugar más extraño, encontró algo que no esperaba y hacía mucho tiempo que no veía.

La última vez que lo tuvo entre las manos, se escurrió entre sus dedos como la arena de la playa. Fueron tales sus consecuencias que lo encerró bajo llave en el más oscuro y profundo de los escondrijos, intentando protegerlo y esconderlo de todo aquello que pudiera volver a dañarlo.

Pero no es la razón lo que mueve el corazón...

Como un huracán, removió los cimientos hasta las entrañas de la nueva ciudad que había construido tras la anterior catástrofe. No destruyó nada, sólo quitó el polvo, el miedo y la hojarasca que desde el último invierno cubrían su caparazón, hasta hacerle ver que la primavera estaba aquí otra vez agazapada tras los profundos ojos que le observaban.

Mucho tiempo atrás atravesó desiertos, anduvo entre laberintos y minotauros, surcó incontables mares y viajó durante un largo invierno bajo la luz de las estrellas. Fue un período de aprendizaje, una búsqueda en la inmensidad de sí mismo en un intento por aprender.

Aquella sonrisa limpió todo lo que se acumulaba sobre su desordenado escritorio. Atravesó muros y pasillos, abriendo el candado que custodiaba su tesoro más preciado. No pudo más que rendirse a la evidencia de lo que aquellos labios carnosos representaban.

Y así, recuperó de su viejo almacén el libro de emociones descatalogadas. Volvió a poner de moda sentimientos tan antiguos y que creía tan lejanos como el amor. El puzzle de sus emociones se completó una vez más de forma tan inesperada como casual, pero así de caprichoso es el destino.

De repente volvió a salir el sol, y esbozó una sonrisa...

Ya nada volvería a ser como antes, pensó.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Pero no es la razón lo que mueve el corazón..." me gusta que escribas que el destino y el amor no atienden a la razón y son más fuertes.Me recuerda unas de mis canciones favoritas de Jacques Brel ( Quand on a que l'amour) canto al poderoso sentimiento del amor. Sigue escribiendo , porfa please, :)

Chío dijo...

Todos vivimos descatalogando emociones. Ante cualquier golpe inesperado,nos cubrimos de miles de armaduras y escusas.
Aunque, al final, antes o después, algo derriba la fortaleza, como le ocurre al protagonista de tu relato. Sólo hace falta que para entonces, las emociones no hayan decidido fugarse por el hueco de la cerradura a un lugar más cálido.

Me alegra haber encontrado este blog.

Como ya te han dicho, sigue escribiendo.