30/11/06

Mente, corazón y alma

Abre tu mente...

Cierra los ojos, respira profúndamente y déjate llevar por las huellas de su perfume sobre la arena. Recuerda su pícara sonrisa, mientras te abrazaba en la cama rodeados de un sutil desorden. Escucha su voz, repitiendo aquellas palabras que te hacían perder la noción del tiempo.

Abre tu corazón...

Siente el aroma de su piel, el sabor de su mirada y el color de sus besos. Recuerda la sensación que recorría tu espalda cada vez que sus dedos exploraban tu cuerpo. Escucha su corazón, palpitando nervioso, ansioso, cada vez que te decía te quiero.

Abre tu alma...

Piensa en todo los planes que hicistéis juntos, en promesas y juramentos de amor eterno, en cuadros pintados al óleo de un atardecer perfecto, que reflejaban la primavera de una historia de amor sin barreras ni fundamentos. Escucha ahora su lamento; el fin del acto que marca la muerte de una canción, cuyos compases se fueron marchitando en invierno.

Despierta...

Nunca se fué. Siempre ha estado dentro de ti, y te acompañará allá donde vayas. Ahora eres libre; no de su recuerdo, porque forma parte de tu vida, pero sí para vivir y volver a soñar...

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